10 mayo 2009

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Se cayó. Se le quebró una clavícula. Y algo crujió entre las circunvoluciones de su cerebro.

Ya no hacía planes de futuro. No recordaba el pasado.

Su melodía chirrió. Sus palabras se volvieron reiterativas y sus sueños quedaron suspendidos. Los de ella también, aunque su vientre seguía creciendo.

El quería alcanzarla, sentir la vida crecer en su interior. Pero tan pronto como parecía lograrlo, el disco daba una vuelta más y el surco deforme le hacía retroceder de un salto.

Se cayó. Se le quebró una clavícula. Y algo crujió entre las circunvoluciones de su cerebro.

Sus planes quedaron pospuestos. Sus recuerdos también.

Puede que simplemente esté soñando que se le ha roto el tiempo.

Si la vida te da limones...

La intensa vida social de mis nuevos vecinos está acabando con mi descanso y mi salud. Ayer me desperté sobresaltada en mitad de la noche a consecuencia de un golpe que hizo retumbar las paredes. Mi corazón latía desbocado y la adrenalina se arremolinaba furiosa por los rincones de la habitación. Pensé que habían tirado abajo la puerta del piso y estaba siendo atacada por un grupo de delincuentes.